Un punto acá y otro más allá.
Apenas distancia que enlazamos con líneas que van y vienen.
Y entre trazo y trazo, figuras, envueltas en palabras,
entrelazadas, simbólicas, juguetonas, atrevidas,
que nos unen y nos esbozan.
Lápiz, papel de molde, esbozos, hilván -tijera, hilos y aguja-.
Un buen Sastre sabe cómo elegir el género
y, aún, cómo acariciarlo antes de cortarlo.
Constelo en ti, constelas en mí:
Hay que ver lo que somos capaces de garabatear:
desde una estrella fugaz a un meteorito en la piel.
Eso sí, con cielo de fondo.
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