Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

octubre 01, 2016

Silencio

Es tan fuerte el ruido del mundo
cuando se despierta
y son insoportables los chirridos
de las almas que han muerto en vida.
Mienten las palabras
y el corazón no encuentra asilo.
¿Cómo confiar en los sonidos
que anuncian la vida
mientras una necrológica
se imprime en la sombra
del primer llanto?
Ensordecen los mandatos,
los legados,
las luces incandescentes
de las constelaciones familiares
que actualizan la herencia.
Negar al otro,
arrancarle la palabra de la boca,
estrangularla,
hacerla trizas con la mirada que invalida.
Incinerar la matriz
con la brasa del cigarrillo
a punto de morir.
Emborrachar de espanto
la queja, los sueños, las ilusiones.
Violentar la piel,
arrancar las uñas de las manos
sin permitir emitir una leve queja.
Pulverizar las costillas, menos una,
con un golpe certero.
Y hacer solo escuchar la voz cantante:
la única que vale.
No sea cosa que aún quede algo por escuchar.

Promesa

Podría desvestir la pena
aunque el espanto corra de prisa
para lapidarla.
Y hacer que la tristeza se disfrace
de alegre resignación
en la hora de la aurora
para despistarlos.
Tal vez sea capaz de arremolinar
la angustia, hacer un desvío
en los pensamientos
y evitarte el paso por la laguna de Estigia.
Creo que soy capaz de conseguirte un aval
así el Paraíso aparece antes en tu mapa.
Lo que no puedo es quitarte
los miedos, las dudas, la incertidumbre.
Pero te voy a abrazar durante cada segundo
en que respires para que los fantasmas no te encuentren.

Urgencia

Crear un lenguaje distinto
donde el silencio sea posible
para escucharnos
Prescindir de las palabras
para que se llenen de significados
que encuentren guarida en la trinchera
del alma
Y así dibujar caminos
en donde no han nacido

mayo 25, 2016

Leo

Es cansancio y es hartazgo,
hecho de un material indestructible
Estoy enferma de verdad.
Padezco de un mal que me impide mentir
No puedo quedarme callada
No puedo estar en silencio
No puedo consentir una injusticia
No puedo ser mansa, obediente, 
diplomática.
No quiero mediar
ni ser conciliadora.
Basta de caminar en un mundo
de muertos vivientes
de cadáveres que van secándose
mientras sus movimientos
producen estruendos
y el hedor inunda las calles
a su paso.

mayo 24, 2016

Nabila

Sigo siendo mía,
en los despojos.
Con la guarecida alma
bajo la piel.
A buen resguardo
del odio patriarcal
del título de propiedad
del alambrado
de aquella reja
y aquella puerta
de los candados,
de los cerrojos,
de las llaves que no encontraba.
Mía,
apenas mía,
aunque ya no sea mío este dolor
ni quepan lágrimas en las cuencas
de mis ojos.
No tengo ojos. No. No tengo ojos.
Y es tan infinita mi mirada,
porque esta mirada es mía,
más mía que mi voz
y las voces de todas las que estamos cansadas.
Porque apenas soy una de las visibles,
de las que quemaron en la hoguera,
de las que se puede hablar.
No hablen con pena, no.
Despierten.
Hay una lucha y es por nosotras,
por nuestros hijos,
por nuestras hijas,
y un compromiso:
aprender a ser libres. 

abril 27, 2016

Memoria

De nada
un frío que calcinaba hasta los huesos
una tristeza que amordazaba aún más en invierno
una alegría ausente, que no llegaba
un milagro que por pedido tantas veces
no cuajaba nunca
una esperanza austera que se desvanecía
un pan recién horneado que soñaba
como si fuera posible cumplir el deseo
una humedad que se expandía por las paredes
dibujando figuras oscuras y atemorizantes
que cobraban vida todas las noches
una alacena huérfana
una casa muerta
una madre sin sonrisas
unas manos entumecidas
una niñez imperfecta
y el escenario para ser protagonista
contra todo pronóstico.

abril 10, 2016

Bastidor

Vos sabés, es el otoño,
es la hora, es el día, es la tibieza del hogar
la que propicia la vuelta.
Sin planearlo, porque no hace falta.
Como cuando uno elige escuchar-se.
Y aquí sigo, bordando en punto cruz.
A veces cambio a cadeneta,
o a punto mosca,
o un lanzado,
como mejor convenga
al asunto en cuestión.
Cuestión que los hilos
van marcando el ritmo
y el trozo de tela,
en ocasiones,
acepta
que acaba siendo un patchwork
como la vida misma.