Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

julio 20, 2018

Vesta

A veces una aprende a SER quién es sin que sirva de nada.
He tejido mantas que abriguen en invierno y han quedado
olvidadas en un rincón cubiertas de polvo.
He llenado frascos con mermeladas preparadas
en intensos veranos,
y los he hallado rotos en un rincón,
desparramados.
He apilado troncos y leños
para tener bajo el alero
a buen resguardo de la lluvia,
del frío y del invierno
Apenas los he reconocido
cubierto de musgos y líquenes
que los hacían inservibles.
He recogido nueces e higos
para poder encontrar en la alacena
un domingo a la siesta
con el horno encendido
y el mesón listo
para amasar panes.
He guardado canciones escritas
con gaitas, arrullo en penas
y alegrías que nunca existieron.
He abierto puertas y ventanas
en la primavera,
para que se llenaran de vuelos
de colibríes y mariposas.
He puesto los libros en los estantes
como si fueran los mejores anfitriones
para que el hogar fuese punto de partida.
He regalado miles de días
para acompañar,
para acunar historias,
para escuchar a quién lo necesitara
y solo encuentro un mundo sordo
que es también ciego
e insensible.

julio 06, 2018

Mensaje

He dibujado unas huellas en la arena
y sólo he necesitado unos segundos
para que te detuvieras a verlas.
Tu gesto ha sido elocuente:
has entendido,
has sabido captar el instante,
no has sentido temor,
antes bien,
se te ha dibujado una sonrisa premonitoria:
esa noche has sentido
el beso de la pantera.

julio 01, 2018

Arena

ando cuidando los días que me quedan
les observo
les pienso
les mido los latidos
y me hago preguntas
No sé cuántos restan
apenas sé cuántos he transcurrido
o casi
porque siguen siendo un misterio
los de la gestación
antes del parto
Creo que en esos días
ni siquiera estaba presente
en una fábrica se construía un cuerpo
para habitar
con fallas, con marcas, con materiales combinados
caprichosamente
por un universo tan manipulador y obsesivo
como errático e imperfecto
con qué necesidad había que inventar tantas cosas
por suceder:
no hacía falta. No.
Si hasta las huellas fueron dibujadas antes
para marcar el camino
en el mapa de un territorio
al que le  faltó mar, de entrada,
y le sobraron montañas.
Junto al mar,
ahí debía llegar, junto al mar,
que mece, abraza, acuna y resguarda.
Junto al mar con sol de atardecer, donde duerme el día
en cada jornada.
Con vista al mar, sí, con vista al mar.
Tal vez mi final sea junto al mar.