Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

julio 27, 2013

Abuela

Me sabe la siesta a galería,
a sol pintando los mosaicos,
al calor de tu regazo
y al cepillo con que me peinabas.
A dulce de leche con clavos de olor,
a paila de cobre que sobre el fuego danza.
A sombra del membrillo,
a alfombra de violetas,
a frescura en la tarde de verano,
a pasionaria,
a paisaje desde lo alto,
a la escalera.
Y te veo a vos,
entre los espinillos del fondo,
buscando unas hojitas de menta para el mate
y mostrándome las nuevas flores
que han nacido sin que nadie se ocupara de ellas.
- Se ocupa Dios- me dices.
Y entonces vamos a la Gruta de San Roque,
y me volvés a contar la historia,
y das gracias y rezamos juntas
porque estar viva siempre es un milagro.
Me mirás y te miro,
y en tus ojos celestes me siento segura.
No necesito muchas palabras en ese momento.
Será que las tengo todas bajo el hule de la mesa
de la cocina.
Cada vez que necesito una historia,
voy y la busco.
Y a veces es una historia,
a veces unos versos,
a veces los trazos de tu letra que tanto me gusta.
Leo en voz alta porque me lo pedís,
y tu sonrisa va siendo el ritmo de mi lectura.
Leo como si el segundo fuese eterno,
como si el reloj no siguiera marcando el acento,
como si la siesta no acabara nunca.
Leo y deslizas caramelos en mi bolsillo.
Leo y me sorprendo de nuevo
porque están llenas las líneas
de sensaciones.
Leo en esas hojas sueltas, tu vida.
Leo en cada trozo de papel, tu existencia.
Hasta que llega la tarde
y todo vuelve a su sitio.
Me voy para volver mañana.



julio 18, 2013

Pasos

Vaciar los ojos,
deshabitar la cuenca,
secar hasta la última gota
de la última lágrima
del último instante
de la última herida profunda.
Superadas
todas las pruebas,
no hay caminos para seguir
sino un mapa para crear juntos.
Cambiar el mundo,
el que no elegimos,
al que llegamos,
el que no entendimos,
en el que no encajamos.
Forjada la armadura
sin que le quepa a nadie.
Me niego a responder al miedo,
a dejarme confundir por sus acordes.
Elegirte en mil y una vidas,
sin dudarlo.
Construir la terrible armonía
en la que no crees,
en la que no apuestas,
por la que no te comprometes,
a la que temes.
Me duele en mi cuerpo
tu cuerpo.



Excusa

Ha estallado el nido,
en un puñado de polvo
se ha convertido.
Desnudado de hogar.
Devastado.
Sólo unos metros ha rodado.
Aún lo veo emplazado
en la rama del árbol,
aún escucho el canto del hornero
y le veo ir y volver apasionado.
Sigue su presencia siendo parte
del cielo en mi mirada.
Es extraño,
me ha estallado la pena
y la impotencia,
y la incomprensión,
y la rabia contra el viento feroz
que le ha derrumbado.
Un poso en el tronco desnudo ha dejado.
¿Cómo despierto mañana?
¿Dónde miro?
¿Qué ritual protector tendré?
Amarga la pena,
apretujada el alma
y la soledad inaugurada.

julio 13, 2013

Humus

       Aletea la caricia
                         bajo la piel
                             y el silencio canta
                  en tu mirada.


Y las palabras se cargan
de significados
mientras la noche acuna
 viejas memorias
que son acordes.

En los cuerpos
que refugian cicatrices,
mengua el silencio
 y la tristeza
se desvanece en el abrazo.

Es una geoda tu boca
que sangra en mi boca 
el sabor del viñedo.
De oro tu corazón 
y el cielo en tus manos.
Esparcir el polvo
sobre el glaciar 
y que el manto sea
limbo y adagio.

La tierra despierta
en la humedad de las huellas.
                       

                     Huellas.

julio 10, 2013

Singular

Sin manos
intacto el toque, la caricia,
y los dedos entrelazados.
Sin labios,
intensos los besos,
los susurros,
el suspiro que no acaba,
y sin amor.
Sin piel,
desnuda,
en carne viva,
sensible en demasía
y  sin haber nacido
muriendo en este instante.
Sin tiempo,
y todo el llanto
que no cabe
en el alma.

Semanas

En estas paredes
escribo las historias
que me han contado
y escribo las mías
para que sean símbolos
que les ayuden a verme,
a encontrarme,
a saber que estoy aquí,
envuelta en el manto invisible
de las palabras.
Las rocas cobijan los pasajes
más alegres y los más tristes:
son tantos los tristes,
que describen paisajes.
A veces soy canto,
a veces huella,
a veces nada.
Mis ojos cansados,
son manantiales
allí y acá
se secan
mientras andamos.
Algunos atardeceres
sobre el mar
fueron eternos.
Cada día, luego,
es nada,
no hay calendario
Guantes dorados
para recibir el rocío
de la mañana.
Me ha ganado la vida
y la puñalada de la ilusión
tan traicionera.
Sentir que nada
tiene sentido.
No saber a dónde,
ni cómo,
ni para qué.
Mucho, ya.
Estoy cansada.

Hacia adentro

Protegen las sombras
y en la caverna el silencio
es la música que canta canción de cuna.
Protege la oscuridad, pone a resguardo,
y en útero de la tierra
la semilla duerme sin tiempo.
Apenas polvo,
penumbra, vacío
y soledad.
Semiosis infinita
e incomprensión.
deshabilitados los caminos
destrozado el mapa
y las manecillas de la brújula,
inútiles.
Ha girado el mundo
y el eje en sincronicidad
con la nada.
Los pasos no dejan huellas,
las palabras nada dicen,
no hay sentidos
y están muertos los días.
Acabe en mí
el conjuro,
la maldición,
la pena.
Que no haya más dolor
ni heridas
ni esperas vanas.
Que la dicha se apodere del mundo
y el amor infinito que siento
sea el manto que abrigue la esperanza
de todos.
Un poco heroína,
un poco tonta,
un poco tarde.

julio 09, 2013

Ceremonia

El agua en el fuego
las hebras del té a resguardo en la tetera
y las tazas de la abuela dispuestas
en la mesa
Y una torta de mandarinas
espolvoreada con azúcar impalpable
Y un lemon pie soberbio
acaparando toda la atención
Y un brownie, humilde y silencioso,
custodiando la esquina.
y la tarta de manzanas,
húmeda y crujiente.
Cada vez que el ritual nos convoca
las amigas nos sentimos abrazadas,
honradas y bendecidas.