Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

septiembre 09, 2020

Escultura

 Síntesis amorosa, 

tan cálida

tan verdadera, 

que convoca, 

que abraza, 

que invita. 

Celebrar la intimidad, 

el instante, 

la alquimia.

Sentir  la confianza

en lo genuino, 

en lo verdadero.

Es un llamado

un guiño cómplice y pícaro. 

Nadie puede materializar amor 

si no lo tiene tramitado.

Hay quién hace para ser visto, 

y hay quién es instrumento de creación.

Viernes de Venus.

No es lo que esconde 

sino lo que muestra. 

Donde tuercas y tornillos 

son lo que quieren ser 

sin más aspavientos

que el que les insufla el deseo.


septiembre 08, 2020

Monte

 Cierro los ojos. 

¿Me ves?

Estoy sentada en los escalones de mi casa. 

Hacia un lado, un perrito. 

Hacia el otro,  un gato disidente.

Aroma de atardecer, 

esa monocronía fantástica 

del fin del día.

Respiro profundamente 

con una taza de té en mis manos.

Es un día perfecto. 

Creo que me gustaría habitar ese espacio

y ese instante, por siempre.

Cada vez más cerca. 

Toma forma.

Se materializa en las emociones.

El horno encendido y ese aroma tan inequívoco

de amor, de abrigo, de hogar.

Cada vez que cierro los ojos, 

estoy en mi rancho: 

ahí está, en medio del monte, 

un monte serrano intacto.

Y el caminito de regreso 

con el cartel de bienvenida

bajo la campana. 

Disonancia

Un campo de batalla con reglas cambiadas.

Múltiples líneas de tiempo 

sin diálogo posible. 

La preeminencia de la palabra,

del contrato, 

de la convicción que nos trajo al presente. 

No siempre alcanza. 

No es suficiente. 

La memoria perdida, quién sabe dónde.

Y es que no hay modo de actualizar 

lo precedente si se muda la esperanza.



Osadía

 Desterrar la obediencia, 

desbaratar las alianzas, 

arrancar las máscaras y 

arrojarlas muy lejos. 

Ante lo evidente, 

total desconfianza. 

Frente a lo ordinario, 

presurosa huida.

Más allá de los principios

y más acá de las disonancias: 

porque solo hay un modo de saber reconocer 

lo que tiene encantadora autenticidad.

julio 16, 2020

Axis

Todo parece confuso,
desdibujados los márgenes,
apenas perceptibles los contornos,
el agua clara,
envuelta en la ferocidad
que le devuelve la costa escarpada.
Una bravura majestuosa
irreverente
que queda subsumida
en la caja de resonancia
que activa el bosque.
Tras la montaña
un caserío
apenas habitado.
Y el fuego encendido
en cada hogar
para invitar a la pausa.
Incomprensible pausa
en un invierno,
inédito.
Conexión terrena
con lo sagrado,
en donde el lenguaje sucumbe
ataviado de silencio. 

junio 05, 2020

Apariencias

Un rostro de niña, regordete, 
lleno de pecas. 
Sus ojos que miran, que buscan, 
que exploran,
que descubren,
que indagan, 
que se cuelan, 
que todo lo ven, 
que todo lo sienten, 
que todo lo predicen, 
que todo lo adivinan. 

Sellados los labios, 
las manos quietas,
y en esa posición,
observarlo todo,
contemplarlo todo,
desnudarlo todo. 

Cada persona habla, 
se ríe, 
se mueve con gestos 
estereotipados y vacíos. 
Tragan, devoran, 
arrasan con todo lo que hay en la mesa. 
El banquete en casa de la abuela
tiene ese efecto devastador. 

De sus bocas salen palabras 
desconectadas del alma,
vacías, 
ni ruido hacen. 
Lo que se espera escuchar, 
lo que se supone que se tiene que decir, 
lo que pretende ganar adeptos, 
lo que se calla por miedo, 
o por prevención, 
o por diplomacia. 

Doña Inés y su nieta, 
saben que allí son las únicas auténticas. 
Y eligen seguir siéndolo.

mayo 27, 2020

28 de Mayo

Sepa que la admiro, Rosario,
que a la trascendencia de su obra
le ofrendo mi agradecimiento.
Sepa que miro su fotografía,
que me detengo en sus ojos
y trato de encontrar en su mirada
las respuestas a todas las preguntas
que siento ganas de hacerle.

Habrá sabido, usted, lo que vendría.
Habrá entendido, usted, lo que creaba.
Habrá visto, usted, lo que sembraba.


Merecía la infancia
este tiempo
de aprender junto a otros,
de superar desafíos,
de buscar caminos
y de establecer escenarios
donde lo lúdico cobrara un nuevo sentido,
donde Fröebel y Montessori
se materializaran en un lenguaje compartido.


La imagino estudiando, con una mesa repleta de libros,
de notas, de apuntes, con una taza de té siendo dulce compañía.
La pienso buscando la manera
de enseñar a otras
a mirar el mundo con el lente
de la observación exhaustiva,
con la curiosidad encendida,
sin que la improvisación
lograra sorprenderlas.


La adivino creando situaciones
en las que los estudiantes
se transformasen en los verdaderos creadores.


No ha habido hora en su vida
exenta de lucha
porque se trataba de impulsar
ideas que fortalecían la educación
de las mismas educadoras,
desalojando prejuicios,
instalando una revolución
que pusiera en el centro,
al niño, a la niña
para que experimentar sin límites
les permitiera confiar
en sus propias capacidades.

Una pedagogía excepcional
que el Nivel Inicial
hoy, le agradece
y yo celebro en su nombre.



Pompeya

Hay certezas que no quiero perder.
Hay modos de ser con otros,
que quiero conservar.
Que nada espante mi confianza,
mi alegría,
la reciprocidad,
la sinceridad con que actúo,
la generosidad con que transito.
Y es que la vida con toda su maestría
nos pone a prueba,
nos hace zancadillas,
nos sacude
y nos golpea
en el preciso instante
en que algo nos conmueve.
Pero, ¿cómo se hace para ser
sin exponerse?
No alcanzo a descubrir la manera,
no acierto el modo,
no logro encontrar el segundo previo.
Aún sigo sintiendo que las canciones
son buen presagio,
contra todo pronóstico.

mayo 26, 2020

Osamenta

Cómo pedirte que entiendas
lo que te resulta inentendible.
Cómo esperar que veas
mientras estás dormido.

Que no hay modo de que escuches.
Que no hay modo de que veas.
Que no hay modo de que sientas.
Que no hay modo de que seas.

En ese enmarañado de opacidad
no entran rayos de sol.
Lo yermo, lo oscuro, lo frío,
allí estampado.

Ausencia de libertad, de sueños,
de bríos, de ilusiones.

Un territorio inerte
gobierna el paisaje.

Sentencia de muerte
aceptada de antemano.

Lo extraño del apocalipsis. 

Inspiración

Lo primero que haré será preparar la mochila
con algunas cosas básicas porque a lo que necesito
lo tengo allá.
Voy a salir temprano, como de costumbre, antes de que amanezca,
y aunque haga frío, termo y mate en mano,
abrigo, guantes, un gorro, galletas para el camino,
y la alegría guardada de todos estos meses de encierro.
Voy a ir caminando contenta hasta la estación.
Voy a comprar mi boleto. Voy a estrenar la sonrisa
más bonita que pueda crear y respiraré con todo mi ser
cuando me siente y comience el viaje.

Disfrutaré cada km del camino.
Voy a mirar el paisaje sin dormirme.
Voy a sentir que las horas que pasen son las más lindas
de mi presente y voy a mirar el cartel que está
en la entrada del pueblo con lágrimas en los ojos
como siempre, como nunca y como cada vez.

Voy a caminar por una de sus callecitas de tierra,
aún no logro decidir por cuál de ellas,
pero, en todo caso, sé que acertaré
porque todas tienen una escolta de árboles
majestuosos que hacen de banda municipal
de bienvenida.

Pasaré por un frasco de miel de garabato,
en algún momento,
daré un abrazo postergado,
dejaré un regalo,
depositaré la mochila en mi hostel,
visitaré a Anita y le pediré mis alfajores
con dulce de higos.
Me meteré por el callejón de los duendes
y veré a la Juli,
le diré cuánto la he extrañado,
buscaré unos libros que tengo apuntados,
y estoy segura de que sus niñas
aparecerán como mariposas alborotadas
y chispeantes.

Me iré al río a pasar el día,
almorzaré un manjar
y tomaré un helado de algarroba.

Y cuando caiga la tarde,
pasaré por el puesto de Celeste,
la estrujaré con Lua incluida,
seguramente encontraré algún tesoro y
daré la vuelta
para repetirme al día siguiente
y todos los que sean posibles.

Mi pueblo amado, sanmarqueño,
que me espera, me añora y me echa de menos.
Donde siento el amor bendecido,
donde encuentro lo que me hace falta
y siento nido.


mayo 25, 2020

Transmutación

Una se desalma y se queda
flotando en el río 
siguiendo la pendiente
hasta alcanzar la orilla.

Una se habita de nuevo y se encuentra
en refugio, en hogar y a resguardo, 
en la patria fundada
en la autenticidad de la esencia, 
en la certeza de la intuición, 
en el innecesario acto de usar una máscara
para evitar dejar evidencias del delito.

Que a veces suenan doce campanadas. 
Que a veces el hilo se corta. 
Que es imposible profanar lo sagrado
y salir indemne.

De allí que la torpeza se pague cara.
De allí que la tristeza sea condenada.
De allí que la mentira no cotice en bolsa.

El corazón 
                  fortalecido
                                    pintado de rojo. 


Presente

Tiene la siesta ese encanto que me cautiva.
Las calles anchas de mi barrio
donde el sol se instala con belleza.
Y hasta un concierto de ladridos,
que parecen alegren,
que dialogan,
que comparten pausas muy elocuentes.
Y el sinfónico de pájaros
tan divertidos como necesarios.
Pausa a las páginas de un libro,
caminata necesaria,
colchoncito de hojas secas
como alfombra mágica.
La brisa que las envuelve y arremolina.
La sonrisa inevitable:
que a veces una se distrae y se duerme,
que a veces una se distrae y se pierde lo valioso.
Que es día de fiesta y en mi revolución
los hechos son más importantes que las palabras.
Sentir, decir y hacer en comunión, como sellos del pasaporte.
Y un pastelito de dulce de batata que traigo de regreso
para acompañar los mates. 

mayo 24, 2020

Un reino cercano

Me sobra la tristeza
no tengo piel para más lágrimas
          excepto que sean de felicidad.
No podría habitar un pantano
porque no sé respirar podredumbre.

Pero sé hacer,
       puedo sentir
y soy capaz de ir por mis sueños
(quedan algunos en el listado
e incluye un trozo de tierra
donde preparar la huerta,
cuatro paredes con un alero que sea galería -innegociable-,
ventanales para que el sol se cuele cada mañana;
querer apasionadamente,
querer sin reparos,
querer sin excusas,
querer mucho
ese ranchito
                   donde la vida transcurre
                         en presente continuo
           en medio del monte,
           a buen resguardo,
           protegida por las montañas,
             y con la única serenata verdadera naciendo en el río). 

Entelequia

La compasión, difícil.
La empatía,
                          fuera de órbita
como si la inmortalidad
nos habitara.
                     Desinfectar la llaga
es excluyente
sin mala voluntad.
Narciso se vuelve perverso
              cuando mira su ombligo
              sin que se enturbie su mente.
La depredación del otro
hasta que se transforme
            en un fragmento
             sin conciencia.
La composición supone
el conocimiento del otro
hasta recordar
                       la antigua resistencia.
Alguien que obstruye la salida
                pero encuentro el camino
que me regala una estrella fugaz.

mayo 17, 2020

Atardecida

Que tu alma me adivine
que llegues con el caer de la tarde,
                 mate en mano,
termo envuelto en un abrazo,
bolsita de papel atrapada en el puño,
con sorpresa dentro.
Que te adelantes tres segundos
a mi necesidad de convocarte
y que no me dejes echarte de menos
un minuto antes
                            de lo soportable. 

abril 22, 2020

Cuarentena

más
días de verano
quejas
temores
incertidumbre
escritura
hallazgo
y un grillo cantando cada noche.
El sábado.
El domingo.
El lunes.
El martes.
Y este miércoles.
Una búsqueda increíble.
Como una búsqueda del tesoro.
En medio del cuaderno grande
esa receta para la cual
todos los ingredientes
están dispuestos.
El campo de lavandas
donde recostarse un instante antes
de la recogida.
Que sea seis de enero
y los reyes magos cumplan la promesa.
El silencio en cada aula
y las voces como si nada
esparcidas en cada esquina.
Sigue aconteciendo
y en la revelación
la emergencia amorosa
de la tarea cumplida.
Ternura por ternura.



abril 12, 2020

Prohibido

En una profundidad desnuda
y al descubierto
en la complacencia
de la tristeza disfrazada
de desencanto.
Entre lo manifiesto y lo latente,
saliendo sobreseída del desfalco.
Desde el panóptico instalado
en la copa de los árboles
que están en el fondo del patio,
del patio grande, largo e infinito.
Creo que comí todas las moras
blancas, negras y rosadas.
Era demasiado fuerte la tentación
como para dejar pasar la imagen
de la puerta entreabierta
que mostraba en una mesilla de noche
los libros que mi tío leía cuando se iba a dormir.
Yo tenía que leerlos a todos,
fuese como fuese.
Los leí, a todos.
Uno por uno.
Una sola vez,
eso sí
porque no había tiempo para más
antes de dejarlos en la misma posición
en que habían sido puestos en pausa.
El caso,
colecciones enteras sobre la sexualidad
lo velado
lo oculto
lo omitido
ocupaban su atención.
Cien posiciones
y no acabé de entender
como la unión divina
era posible. 

abril 09, 2020

Tangible

Del modo en que hemos aprendido,
no es:
sin abrazos rotos,
más despacio,
conscientes
y sin mentiras,
en la escena,
en vivo y en directo,
sin excusas para la crueldad
porque la libertad absoluta
es peligrosa
cuando la inestabilidad
y la incapacidad para enamorarse
son protagonistas.

marzo 28, 2020

Decisión

Cuando se conjuga el desaliento,
la desazón, la desilusión,
la sensación de desprotección,
el desgano, la desesperanza
el cuerpo estalla 
y la armadura se vuelve inútil 
Y no hay modo de vencer
los obstáculos.
Pero sentirme vencida no puede durar
demasiado
que demasiado difícil está siendo
este tiempo
como para dejarnos abatir
tan pronto.
Es el espíritu el que toma la espada
y arremete una vez más.

marzo 23, 2020

Pequeñita

Bajo la parra atravesada 
por los rayos del sol de la siesta, 
encandilada con las historias 
que me cuenta mi abuela. 
Bajo el hule de la cocina 
están, como ayuda memoria 
las que voy recordando
y escribo para que no se me olviden. 
Bajo el almohadón de la silla 
donde está sentada,
sin que lo sepa, 
he puesto un ramito 
de violetas silvestres: 
cuando se mueve 
siento que con el calor de su cuerpo
el perfume se esparce 
con mayor intensidad. 
En mi cara la picardía 
y en sus ojos celestes 
convertidos en espejos
el reflejo de una niña feliz 
que se hace infinita
envuelta en las palabras.

marzo 22, 2020

Ya

En todas las voces
dibujando miradas
que son hogar,
protección y
resguardo.
Vamos siendo acordes
que cincelan los sentires
y nos arremolinan
en cada rincón de la tierra.
Comandar el miedo,
domesticarlo,
abrir la tranquera
y dejar que la esperanza
nos cobije ahora.