Caminito de seda,
bajo la luna,
para seguir en bicicleta voladora.
Orilla del mar
donde dejar huellas
que tal vez no borre el agua
cuando amanezca.
O que se puedan repetir
cada mañana.
Caracolas de oro
entre las algas
susurrando una canción
hecha de brisa y tiempo.
Tic tac
Tic tac
Tic tac
Con hilo de corales
cerrar las heridas
para que no queden cicatrices.
Tic ta, tic tac... Y, sin embargo, qué de vida muestran esas cicatrices, cuando quedan
ResponderEliminarSí, es verdad, caballero, mucha vida constante y sonante para seguir bailando bajo la lluvia... Abrazo
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