Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

noviembre 25, 2018

Deseo

Quisiera morir un 4 de diciembre. 
Ese día no despertar y cerrar el ciclo. 
Me gustaría que esa mañana me encuentre durmiendo 
el sueño eterno. 
Con una sonrisa de agradecimiento, eso sí. 
Que quién me encuentre sepa que fui feliz,
que mi vida tuvo sentido. 
Colibríes de cortejo 
y jazmines en polifónica alegría.
La piel como un mapa de momentos.
Las manos guarecidas entre las sábanas. 
En la víspera sabré que es el día.
Y mis cenizas, al mar, sin excepción. 

Patéticas

Cada una de ustedes,
desconoce como honrar sus propias existencias.
Dejan de ser para complacer a un otro que no las ve.
Van dejando rastro de bestias salvajes,
marcando territorios,
permitiendo que les arranquen las cuerdas vocales,
que les vacíen el corazón y las vísceras.
Les sonríen a esos hombres que las hacen objeto,
se venden al mejor postor.
No hay amor en sus corazones,
                         no hay amor,
ni siquiera por ustedes mismas.
Se vanaglorian de un sentimiento noble
cuando solo es puro interés,
buscan obtener algo tras el sacrificio de dedicación exclusiva.
Ninguna de ustedes sería capaz de darlo todo por una amiga.
Ninguna de ustedes es capaz de mirar más allá de la punta de su nariz.
Dicen ser lo que no son.
Lo dan todo a cambio de unas migajas de atención.
se olvidan de todos, se recluyen a esperarles.
Ahí están,
al borde del camino,
inmóviles,
impávidas,
habilitando demoliciones.
Les pido un favor,
no vuelvan a tocar mi puerta,
o enviar un mensaje de auxilio,
ni a pensar en mí justo el día en que las dejen
esparciadas tras la detonación.
Con esquirlas no hablo. 

noviembre 11, 2018

Miedo

El hombre que me gusta
me tiene miedo.
No le teme a la tormenta,
ni a la sequía,
o al fuego que lo arrasa todo en la montaña.
Se desliza entre serpientes
y se arrincona en el fondo de un cajón
enmohecido.
En un enjambre de abejas enardecidas anda
y nada le inquieta
porque le basta con solo mirarlas
para que cada una se calme.
El hombre que me gusta
me tiene miedo.

noviembre 04, 2018

Doy fe

Hay búsquedas infructuosas.
Hay días como muchos y tantos.
Hay palabras disfrazadas de armas letales
que no encuentran blanco
aunque quedan esparcidas
contaminando la atmósfera.
Cuánto dolor en almas
habitando cuerpos putrefactos,
infestados de tristeza,
destilando un hedor infernal,
expandiendo miseria,
ausencia y olvido
en la cavidad vaciada de los ojos.
Sin embargo,
y a pesar de esta fotografía de espanto,
también hay miradas que lo bendicen todo,
que inauguran nuevos días,
que invitan a estrenar la alegría
y la pureza del milagro cotidiano. 

septiembre 25, 2018

Pies

que habladores son estos pies andariegos
que no paran, 
que dejan huellas, 
que suben, 
que bajan, 
que se guarecen bajo las mantas, 
que se escabullen bajos las sábanas, 
que se arremolinan entre almohadones, 
que se distienden sobre los extremos del sofá, 
que se suben a las sillas, 
a las banquetas, 
a los banquitos, 
a las piedras del río, 
a los peldaños de la escalera, 
a la pirquita de la casa de la abuela, 
al tronco del algarrobo,
a la palangana, 
a la maceta para alcanzar el broche de la ropa
en el tendedero,
al tarro de pintura, 
al cajón de botellas lleno de envases vacíos, 
a la vereda, 
al tobogán, 
a la jardinera del tío Arturo.
Que atrevidos estos pies 
que esperan encontrarte panza arriba para descansar en ella. 

septiembre 04, 2018

Angustia

Cuántas veces más
y con cuánto errar siniestro
vas a intentar morirte sin lograrlo
De qué otras maneras,
burlando sigilosas persecuciones,
violentando la noche,
el hermetismo de una caja
escondida bajo el colchón
en la cama de aquel cuarto
que nadie usa.
Te has gastado todas las ideas
y seguís respirando,
asustada,
abrazando a tu hijo,
en la casa de tu hermana,
una vez más.
Basta,
sos libre,
no necesitás una lápida
para recordar tu nombre. 

julio 20, 2018

Vesta

A veces una aprende a SER quién es sin que sirva de nada.
He tejido mantas que abriguen en invierno y han quedado
olvidadas en un rincón cubiertas de polvo.
He llenado frascos con mermeladas preparadas
en intensos veranos,
y los he hallado rotos en un rincón,
desparramados.
He apilado troncos y leños
para tener bajo el alero
a buen resguardo de la lluvia,
del frío y del invierno
Apenas los he reconocido
cubierto de musgos y líquenes
que los hacían inservibles.
He recogido nueces e higos
para poder encontrar en la alacena
un domingo a la siesta
con el horno encendido
y el mesón listo
para amasar panes.
He guardado canciones escritas
con gaitas, arrullo en penas
y alegrías que nunca existieron.
He abierto puertas y ventanas
en la primavera,
para que se llenaran de vuelos
de colibríes y mariposas.
He puesto los libros en los estantes
como si fueran los mejores anfitriones
para que el hogar fuese punto de partida.
He regalado miles de días
para acompañar,
para acunar historias,
para escuchar a quién lo necesitara
y solo encuentro un mundo sordo
que es también ciego
e insensible.

julio 06, 2018

Mensaje

He dibujado unas huellas en la arena
y sólo he necesitado unos segundos
para que te detuvieras a verlas.
Tu gesto ha sido elocuente:
has entendido,
has sabido captar el instante,
no has sentido temor,
antes bien,
se te ha dibujado una sonrisa premonitoria:
esa noche has sentido
el beso de la pantera.

julio 01, 2018

Arena

ando cuidando los días que me quedan
les observo
les pienso
les mido los latidos
y me hago preguntas
No sé cuántos restan
apenas sé cuántos he transcurrido
o casi
porque siguen siendo un misterio
los de la gestación
antes del parto
Creo que en esos días
ni siquiera estaba presente
en una fábrica se construía un cuerpo
para habitar
con fallas, con marcas, con materiales combinados
caprichosamente
por un universo tan manipulador y obsesivo
como errático e imperfecto
con qué necesidad había que inventar tantas cosas
por suceder:
no hacía falta. No.
Si hasta las huellas fueron dibujadas antes
para marcar el camino
en el mapa de un territorio
al que le  faltó mar, de entrada,
y le sobraron montañas.
Junto al mar,
ahí debía llegar, junto al mar,
que mece, abraza, acuna y resguarda.
Junto al mar con sol de atardecer, donde duerme el día
en cada jornada.
Con vista al mar, sí, con vista al mar.
Tal vez mi final sea junto al mar.

junio 27, 2018

Instantánea

hay que morir para que nacer
tantas veces como haga falta
Que lo sé,
que voy entendiendo
que casi logro verlo
un instante antes
de que se detenga el corazón
Un altar de piedra
en la montaña
y las alas majestuosas
Hay imágenes que caben
en la garganta
infiltradas. 

mayo 26, 2018

Plausible

atadas las palabras para que no digan,
para que no suelten rastros
de modo tal que no se vean siquiera
en el paisaje
no sea cosa que el viento las desparrame
y se pierdan
y se vayan lejos
y lleguen vaya a saber a dónde
significando quién sabe qué.
Que no.
Demostrado está que no sirven
que no llegan
que no hay acuse de recibo
que son invisibles aunque cada vez ocupen más espacio.
Inútiles.
Lo intentan y no pueden.
Tratar de mostrarse desnudas
y provocan espanto.
Se visten de trajes majestuosos
y se las lleva el viento tan arriba
que nadie puede acceder a ellas.
Las he visto esmerarse en parecer silvestres,
en camuflarse entre la gente,
aunque siguen vibrando con una música
que las delata.
Ay con esta desazón actualizada.

marzo 07, 2018

Nudo

Eso de buscarse en la mirada del otro
y no encontrar un espejo donde guarecerse. 
Eso de sentir que faltan voces, abrazos, 
palabras que aniden y lo hagan posible. 
O un desasosiego que amordazado 
busca,
escarba, 
revuelve, 
desparrama,
sin encontrar nada. 
La orfandad de las respuestas
que están vacías, 
aunque se llenen de sonidos
que no dicen nada. 
Un sistema feudal 
camuflado en un amor incondicional 
en acción
que aturde con mandatos
innecesarios.
Y no saber.
Y querer saber. 
Y una lucha cuerpo a cuerpo
por la verdad.

enero 03, 2018

Desleal

No sea estúpida, ¿quiere?
No ha sido él, ha sido usted,
usted solita cada vez que cerraba los ojos
y miraba para adentro buscando el fragmento
que mejor le sentaba.
Hábrase visto, si era evidente,
aunque no lo quisiera ver.
Aquel sólo hacía lo mejor sabía,
ir a gatas, escudriñando,
calculando la distancia
antes de dar el zarpazo,
que no el último,
sino uno más,
a la vieja usanza
y con la fórmula conocida.
¿No ve?
Sistemático.
Constante.
Elocuente.
Que no, mujer, que no:
la  de la última palabra
sigue siendo usted.  

inevitable

Pasa de esta manera,
con la excusa del verano,
de la siesta,
de la pausa,
de la no obligación
y de la urgencia postergada.
Galopan las palabras,
se atropellan,
se descomponen,
vomitan,
echan chispas,
se desvanecen de llanto,
se acurrucan,
golpean,
repican,
titilan
y bordan extrañas conjeturas
imposibles de desenredar.
Como el encantamiento que no se ve venir
en la banca de Clarice. 

Ahí

Ha de tener un extraño morbo
escabullirse.
Eso de desaparecer sin dejar huellas
                        (aparentes).
Puesto que aquello que se manifiesta,
                                                        es
entonces lo que no se manifiesta
                                           también es
sin que casi nadie se dé cuenta.
Que no.
Qué más da.
Que aún en la pasividad del no estar,
                                            estando         
ahí,
                                             detrás
se descubre lo que aparece bajo la alfombra.
Estás.