Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

mayo 26, 2018

Plausible

atadas las palabras para que no digan,
para que no suelten rastros
de modo tal que no se vean siquiera
en el paisaje
no sea cosa que el viento las desparrame
y se pierdan
y se vayan lejos
y lleguen vaya a saber a dónde
significando quién sabe qué.
Que no.
Demostrado está que no sirven
que no llegan
que no hay acuse de recibo
que son invisibles aunque cada vez ocupen más espacio.
Inútiles.
Lo intentan y no pueden.
Tratar de mostrarse desnudas
y provocan espanto.
Se visten de trajes majestuosos
y se las lleva el viento tan arriba
que nadie puede acceder a ellas.
Las he visto esmerarse en parecer silvestres,
en camuflarse entre la gente,
aunque siguen vibrando con una música
que las delata.
Ay con esta desazón actualizada.

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