Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

julio 20, 2018

Vesta

A veces una aprende a SER quién es sin que sirva de nada.
He tejido mantas que abriguen en invierno y han quedado
olvidadas en un rincón cubiertas de polvo.
He llenado frascos con mermeladas preparadas
en intensos veranos,
y los he hallado rotos en un rincón,
desparramados.
He apilado troncos y leños
para tener bajo el alero
a buen resguardo de la lluvia,
del frío y del invierno
Apenas los he reconocido
cubierto de musgos y líquenes
que los hacían inservibles.
He recogido nueces e higos
para poder encontrar en la alacena
un domingo a la siesta
con el horno encendido
y el mesón listo
para amasar panes.
He guardado canciones escritas
con gaitas, arrullo en penas
y alegrías que nunca existieron.
He abierto puertas y ventanas
en la primavera,
para que se llenaran de vuelos
de colibríes y mariposas.
He puesto los libros en los estantes
como si fueran los mejores anfitriones
para que el hogar fuese punto de partida.
He regalado miles de días
para acompañar,
para acunar historias,
para escuchar a quién lo necesitara
y solo encuentro un mundo sordo
que es también ciego
e insensible.

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