Te salvaste y nos salvaste a todas.
Allí donde no había salida, ni salvación,
fijaste residencia permanente.
Lo inevitable no habitaba tu esencia;
para qué experimentar angustia
si había una forma no desplegada
para levantar tu reino.
Tu corazonada se hizo palabra hilada una tras otra.
La trama lista, y tu vestido, el más bello.
Gracias Scherezade.
Allí donde no había salida, ni salvación,
fijaste residencia permanente.
Lo inevitable no habitaba tu esencia;
para qué experimentar angustia
si había una forma no desplegada
para levantar tu reino.
Tu corazonada se hizo palabra hilada una tras otra.
La trama lista, y tu vestido, el más bello.
Gracias Scherezade.
No hay comentarios:
Publicar un comentario