Hallarte,
extranjero en tu tierra
añorando el hogar al que perteneces
en donde habita el amor,
los sueños tallados de a dos,
la ilusión que crea la vida
y mece la esperanza cada día.
Soberano de mi alma,
señor de mis confines,
caudillo de mi oquedad,
te espero despierta
para que bebas mis heridas
y hagas nacer una nueva piel
que te corteje.
Solsticio- de verano o invierno,
a quién le importa el hemisferio
cuando de sentir se trata-
llegas a tiempo,
los latidos te anuncian,
la libertad te pregona.
Dejas atrás el infortunio,
la condena, el hechizo maldito.
Tus pasos desandan el camino
y yo bautizo tu olor con mi saliva.
Alimentas mi fe, calmas mis ansias.
Estás aquí, levantando un imperio eterno
nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos
celebrarán junto a la hoguera.
Argos te reconoce y yo te espero,
sin desesperanza.
Tu odisea ha terminado.
extranjero en tu tierra
añorando el hogar al que perteneces
en donde habita el amor,
los sueños tallados de a dos,
la ilusión que crea la vida
y mece la esperanza cada día.
Soberano de mi alma,
señor de mis confines,
caudillo de mi oquedad,
te espero despierta
para que bebas mis heridas
y hagas nacer una nueva piel
que te corteje.
Solsticio- de verano o invierno,
a quién le importa el hemisferio
cuando de sentir se trata-
llegas a tiempo,
los latidos te anuncian,
la libertad te pregona.
Dejas atrás el infortunio,
la condena, el hechizo maldito.
Tus pasos desandan el camino
y yo bautizo tu olor con mi saliva.
Alimentas mi fe, calmas mis ansias.
Estás aquí, levantando un imperio eterno
nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos
celebrarán junto a la hoguera.
Argos te reconoce y yo te espero,
sin desesperanza.
Tu odisea ha terminado.
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