Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

febrero 14, 2011

Y fui yo

Casi me perdí completamente.
Ahora me escondo de lo que siento,
me doy vergüenza. Infame representante del género, idiota.
Piso el freno.
Sólo medias tintas.
No doy más pasos.
Me cansé de esperar abrazos,
de suplicar besos, de esperar un derroche de caridad.
No quiero dentro de mi existencia el desamor,
me cansé de ser flagelada, de sufrir, de desgarrar la vida para que me ames.
No tengo más SÍ.
Me pasó la vida como si fuera un molinete y me dio una patada en el culo.
¡Joder! ¡Cabrona vestida de novia, hija de mala madre! No hacía falta ese exceso.
Bastaba con que me dijeras que no me amabas, para qué un juicio con sentencia previa.
Que Santa Marina te guarde, mientras sigue dando gracias por haberse liberado de ti
mientras yo, imbécil, daba gracias por haber recibido tus despojos.
Que el mar me consuele, no veo otro destino más reconfortante.
Reyes, príncipes, súbditos y mendigos, abstenerse.
Quiero un hombre que sea de verdad, que me ame con pasión desenfrenada,
que cuaje besos, caricias y amaneceres sin cansarse.
Que me busque a su lado y me exija lo que yo puedo darle.
Quiero un bendito señor que quiera una MUJER que le garantice la felicidad
y unos mates bajo los algarrobos hasta el fin de los días.
Quiero un bendito guerrero que me arrebate los besos más osados
y me ponga contra la pared para atravesarme con su mirada.
Te quiero a ti, en versión desactualizada,
cuando me encendías con palabras que eran promesas cumplidas.
No aprendo.
Bendíceme Dios con la desesperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario