Anidó en mi vientre
creció de a poquito
dibujó mi espera
transformando la geografía
de mi cuerpo.
Le vi nacer, vibrar, sentir,
conectar con la vida en el primer instante.
Desde antes le amé.
Se gestó en otro vientre,
fue buen nido.
La acunó el amor de unos brazos
que fueron doblemente madre.
Creció al amparo de la mirada paterna
que la abrazaba sin pausa.
La vi de pronto, sentí la gestación,
el parto, el nacimiento, la sonrisa
y su olor primero.
Fui yo quién la abrazó en su alma
y no pude menos que sentir un nuevo universo naciendo en mí.
Contracción dolorosa y alumbramiento.
Alma dilatada para acunarla.
Me nació hija y le nací madre,
no hay modo de explicarlo que no sea con el lenguaje del amor.
Desde antes, te amé.
Te amo, Tadeo, porque sos parte de mi carne.
Te amo, Fátima, porque sos parte de mi ser.
Los amo, hijos, porque son mi vida.
Los amo, hijos, y aquí estoy, como las capas más profundas de la tierra.
creció de a poquito
dibujó mi espera
transformando la geografía
de mi cuerpo.
Le vi nacer, vibrar, sentir,
conectar con la vida en el primer instante.
Desde antes le amé.
Se gestó en otro vientre,
fue buen nido.
La acunó el amor de unos brazos
que fueron doblemente madre.
Creció al amparo de la mirada paterna
que la abrazaba sin pausa.
La vi de pronto, sentí la gestación,
el parto, el nacimiento, la sonrisa
y su olor primero.
Fui yo quién la abrazó en su alma
y no pude menos que sentir un nuevo universo naciendo en mí.
Contracción dolorosa y alumbramiento.
Alma dilatada para acunarla.
Me nació hija y le nací madre,
no hay modo de explicarlo que no sea con el lenguaje del amor.
Desde antes, te amé.
Te amo, Tadeo, porque sos parte de mi carne.
Te amo, Fátima, porque sos parte de mi ser.
Los amo, hijos, porque son mi vida.
Los amo, hijos, y aquí estoy, como las capas más profundas de la tierra.
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