Sobre el ropero,
en su caja jamás abierta
porque no estaba permitido,
sonriéndole a su suerte (y a la mía)
inmaculada,
con sus mejillas
que habría mordido sólo para confirmar
que sabían a manzanas coloradas
Lustrosos zapatos de charol blanco
que le habría arrebatado más de una vez
si hubiesen sido de tacones
Labios carmesí para despertar el deseo
y estrangularlo...
Y el vestido de novia
que empecé a soñar aquel día
No era real,
a eso lo supe cuando la vi cubierta de barro
la tarde del festejo del cumpleaños
de la hija de la vecina.
en su caja jamás abierta
porque no estaba permitido,
sonriéndole a su suerte (y a la mía)
inmaculada,
con sus mejillas
que habría mordido sólo para confirmar
que sabían a manzanas coloradas
Lustrosos zapatos de charol blanco
que le habría arrebatado más de una vez
si hubiesen sido de tacones
Labios carmesí para despertar el deseo
y estrangularlo...
Y el vestido de novia
que empecé a soñar aquel día
No era real,
a eso lo supe cuando la vi cubierta de barro
la tarde del festejo del cumpleaños
de la hija de la vecina.
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