con las garras
arrancar el dolor
y preparar la caverna
para que el invierno acune el embrión
despiadado
que perforará el cuello de la cigarra
con la misma soga
que se destroza
el canto del ruiseñor
con el espanto
que se mancha la luz del alba
y las brasas que derriten mis pies
con mis alas,
incendiadas
y mis cuerdas vocales
siendo violín
Lo que es
sin la esperanza de serlo
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