Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

enero 03, 2011

Afortunada

Desangelada metamorfosis intrascendente.
Cada escalón quiso ser mi tumba.
El valle del sol se ve resplandeciente,
aún más cuando estás en la cima
de Traslasierra: no son estos los ojos
los que serpentean en Ojo de Agua.
Son los del alma que se quedaron
bajo los algarrobos refundándose
espiritualmente.
Fue sumergirme y ascender sin cielo
que me pusiera límites:
fácil desafiar el cielo
cuando no lo sabe
mientras estoy agazapada en el reflejo del tanque australiano.
Sólo mi colibrí sale de noche:
apenas hace un avistaje para saber si estoy viva.
Vuelve a su nido: insomne no podría hacerlo.
Estoy viva- le digo- dispuesta a plantar bandera y
librar una batalla que te libere.
No es posible ver la encrucijada ni la trampa que te abdujo
a las cavernas de un alma envenenada.
No puedes verlo.
Que yo lo vea no ayuda.
A quién le importa.
Desangelada certeza esperpéntica que piensa corroerme.
Llevo antióxido: son demasiados siglos. Hay estrategias
que vienen incorporadas.
Constelar para comprender lo que juega a las escondidas
(por fortuna)
desafortunadamente .

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