Todo lo que ha sido, es y será.
Dejar de saber,
desconocer los orígenes,
perder de vista las raíces.
Volver a Lebadea
al instante previo
no beber de la fuente
y que Trofonio
se vacíe de significado.
Morirme.
Navegar sobre Lete
hasta tragar el agua
y olvidarlo todo.
No mereces mi pena,
ni los recuerdos,
ni la mirada que te busca
sin encontrar nada.
Mataré a Calíope,
a Clío,
a Erato,
a Euterpe,
a Melpómene,
a Polimnia,
a Talía,
a Terpsícore,
y a Urania.
Finalmente a ti.
Dejar de saber,
desconocer los orígenes,
perder de vista las raíces.
Volver a Lebadea
al instante previo
no beber de la fuente
y que Trofonio
se vacíe de significado.
Morirme.
Navegar sobre Lete
hasta tragar el agua
y olvidarlo todo.
No mereces mi pena,
ni los recuerdos,
ni la mirada que te busca
sin encontrar nada.
Mataré a Calíope,
a Clío,
a Erato,
a Euterpe,
a Melpómene,
a Polimnia,
a Talía,
a Terpsícore,
y a Urania.
Finalmente a ti.
O, quizás, empezaré por ti. Lo primero es lo primero.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
:) No, no, qué va: que asista a la matanza y sea el último...
ResponderEliminar¡Viva la poesía!