He guardado algunas cosas,
he dejado muchas, ni caben
ni son necesarias.
En cambio a ellos
no he podido dejarles
y al nuestro, tampoco,
fue el primero de todos.
Me he sentado al borde
de la cama
y en el reflejo del cristal
de la ventana,
me he mirado:
sonreía y mis ojos,
también lo hacían.
Casi he vuelto a verte,
casi, digo,
esperándome
en aquella puerta inmensa
con tus ojos de abrazo
y bienvenida.
he dejado muchas, ni caben
ni son necesarias.
En cambio a ellos
no he podido dejarles
y al nuestro, tampoco,
fue el primero de todos.
Me he sentado al borde
de la cama
y en el reflejo del cristal
de la ventana,
me he mirado:
sonreía y mis ojos,
también lo hacían.
Casi he vuelto a verte,
casi, digo,
esperándome
en aquella puerta inmensa
con tus ojos de abrazo
y bienvenida.
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