Ungir la copa
y cerrar los ojos,
que la avalancha incendie
los sentidos con alevosía.
Se desliza la mirada
más allá de la trinchera
y se vuelve grotesca la boca
que disfraza las palabras
Biografía enhebrada en la noche
sabiduría de las manos
que preludian estado de sitio.
El fogón desnuda la peregrinación;
el altar abandonado
reza una letanía.
La veta asegura toda una vida.
y cerrar los ojos,
que la avalancha incendie
los sentidos con alevosía.
Se desliza la mirada
más allá de la trinchera
y se vuelve grotesca la boca
que disfraza las palabras
Biografía enhebrada en la noche
sabiduría de las manos
que preludian estado de sitio.
El fogón desnuda la peregrinación;
el altar abandonado
reza una letanía.
La veta asegura toda una vida.
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