Bendición de palo borracho,
de sombra y siesta,
de complicidad y memoria,
de esperanza y bosquejo.
Celeridad de encuentro,
de vaticinio incierto,
de urgencia y ansia
bajo la piel del alma.
Letargo en presencia,
pausa desnuda,
quiebre de coordenadas
bajo el rescoldo.
Atajo de besos
para proteger la siembra.
Aguacero fecundo:
tu mano y la mía, entrelazadas,
luego.
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