Lluvia, redentora, sobre el lecho
del mundo.
Mundo que ya sabes es de otro universo.
Universo que se cuela en compartido deseo.
Deseo que al principio suena a un interminable ruego.
Ruego que aniquila cuentos de miedo.
Miedo que exorciza viejos fantasmas.
Fantasmas que sienten lujuria de arco iris.
Iris, en tus ojazos de luna llena.
Llena, mi vida, envuelta en madera que se transforma
en lecho de lluvia.
Lluvia, que se hace beso y bienvenida al carpintero.
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