Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

mayo 27, 2020

28 de Mayo

Sepa que la admiro, Rosario,
que a la trascendencia de su obra
le ofrendo mi agradecimiento.
Sepa que miro su fotografía,
que me detengo en sus ojos
y trato de encontrar en su mirada
las respuestas a todas las preguntas
que siento ganas de hacerle.

Habrá sabido, usted, lo que vendría.
Habrá entendido, usted, lo que creaba.
Habrá visto, usted, lo que sembraba.


Merecía la infancia
este tiempo
de aprender junto a otros,
de superar desafíos,
de buscar caminos
y de establecer escenarios
donde lo lúdico cobrara un nuevo sentido,
donde Fröebel y Montessori
se materializaran en un lenguaje compartido.


La imagino estudiando, con una mesa repleta de libros,
de notas, de apuntes, con una taza de té siendo dulce compañía.
La pienso buscando la manera
de enseñar a otras
a mirar el mundo con el lente
de la observación exhaustiva,
con la curiosidad encendida,
sin que la improvisación
lograra sorprenderlas.


La adivino creando situaciones
en las que los estudiantes
se transformasen en los verdaderos creadores.


No ha habido hora en su vida
exenta de lucha
porque se trataba de impulsar
ideas que fortalecían la educación
de las mismas educadoras,
desalojando prejuicios,
instalando una revolución
que pusiera en el centro,
al niño, a la niña
para que experimentar sin límites
les permitiera confiar
en sus propias capacidades.

Una pedagogía excepcional
que el Nivel Inicial
hoy, le agradece
y yo celebro en su nombre.



Pompeya

Hay certezas que no quiero perder.
Hay modos de ser con otros,
que quiero conservar.
Que nada espante mi confianza,
mi alegría,
la reciprocidad,
la sinceridad con que actúo,
la generosidad con que transito.
Y es que la vida con toda su maestría
nos pone a prueba,
nos hace zancadillas,
nos sacude
y nos golpea
en el preciso instante
en que algo nos conmueve.
Pero, ¿cómo se hace para ser
sin exponerse?
No alcanzo a descubrir la manera,
no acierto el modo,
no logro encontrar el segundo previo.
Aún sigo sintiendo que las canciones
son buen presagio,
contra todo pronóstico.

mayo 26, 2020

Osamenta

Cómo pedirte que entiendas
lo que te resulta inentendible.
Cómo esperar que veas
mientras estás dormido.

Que no hay modo de que escuches.
Que no hay modo de que veas.
Que no hay modo de que sientas.
Que no hay modo de que seas.

En ese enmarañado de opacidad
no entran rayos de sol.
Lo yermo, lo oscuro, lo frío,
allí estampado.

Ausencia de libertad, de sueños,
de bríos, de ilusiones.

Un territorio inerte
gobierna el paisaje.

Sentencia de muerte
aceptada de antemano.

Lo extraño del apocalipsis. 

Inspiración

Lo primero que haré será preparar la mochila
con algunas cosas básicas porque a lo que necesito
lo tengo allá.
Voy a salir temprano, como de costumbre, antes de que amanezca,
y aunque haga frío, termo y mate en mano,
abrigo, guantes, un gorro, galletas para el camino,
y la alegría guardada de todos estos meses de encierro.
Voy a ir caminando contenta hasta la estación.
Voy a comprar mi boleto. Voy a estrenar la sonrisa
más bonita que pueda crear y respiraré con todo mi ser
cuando me siente y comience el viaje.

Disfrutaré cada km del camino.
Voy a mirar el paisaje sin dormirme.
Voy a sentir que las horas que pasen son las más lindas
de mi presente y voy a mirar el cartel que está
en la entrada del pueblo con lágrimas en los ojos
como siempre, como nunca y como cada vez.

Voy a caminar por una de sus callecitas de tierra,
aún no logro decidir por cuál de ellas,
pero, en todo caso, sé que acertaré
porque todas tienen una escolta de árboles
majestuosos que hacen de banda municipal
de bienvenida.

Pasaré por un frasco de miel de garabato,
en algún momento,
daré un abrazo postergado,
dejaré un regalo,
depositaré la mochila en mi hostel,
visitaré a Anita y le pediré mis alfajores
con dulce de higos.
Me meteré por el callejón de los duendes
y veré a la Juli,
le diré cuánto la he extrañado,
buscaré unos libros que tengo apuntados,
y estoy segura de que sus niñas
aparecerán como mariposas alborotadas
y chispeantes.

Me iré al río a pasar el día,
almorzaré un manjar
y tomaré un helado de algarroba.

Y cuando caiga la tarde,
pasaré por el puesto de Celeste,
la estrujaré con Lua incluida,
seguramente encontraré algún tesoro y
daré la vuelta
para repetirme al día siguiente
y todos los que sean posibles.

Mi pueblo amado, sanmarqueño,
que me espera, me añora y me echa de menos.
Donde siento el amor bendecido,
donde encuentro lo que me hace falta
y siento nido.


mayo 25, 2020

Transmutación

Una se desalma y se queda
flotando en el río 
siguiendo la pendiente
hasta alcanzar la orilla.

Una se habita de nuevo y se encuentra
en refugio, en hogar y a resguardo, 
en la patria fundada
en la autenticidad de la esencia, 
en la certeza de la intuición, 
en el innecesario acto de usar una máscara
para evitar dejar evidencias del delito.

Que a veces suenan doce campanadas. 
Que a veces el hilo se corta. 
Que es imposible profanar lo sagrado
y salir indemne.

De allí que la torpeza se pague cara.
De allí que la tristeza sea condenada.
De allí que la mentira no cotice en bolsa.

El corazón 
                  fortalecido
                                    pintado de rojo. 


Presente

Tiene la siesta ese encanto que me cautiva.
Las calles anchas de mi barrio
donde el sol se instala con belleza.
Y hasta un concierto de ladridos,
que parecen alegren,
que dialogan,
que comparten pausas muy elocuentes.
Y el sinfónico de pájaros
tan divertidos como necesarios.
Pausa a las páginas de un libro,
caminata necesaria,
colchoncito de hojas secas
como alfombra mágica.
La brisa que las envuelve y arremolina.
La sonrisa inevitable:
que a veces una se distrae y se duerme,
que a veces una se distrae y se pierde lo valioso.
Que es día de fiesta y en mi revolución
los hechos son más importantes que las palabras.
Sentir, decir y hacer en comunión, como sellos del pasaporte.
Y un pastelito de dulce de batata que traigo de regreso
para acompañar los mates. 

mayo 24, 2020

Un reino cercano

Me sobra la tristeza
no tengo piel para más lágrimas
          excepto que sean de felicidad.
No podría habitar un pantano
porque no sé respirar podredumbre.

Pero sé hacer,
       puedo sentir
y soy capaz de ir por mis sueños
(quedan algunos en el listado
e incluye un trozo de tierra
donde preparar la huerta,
cuatro paredes con un alero que sea galería -innegociable-,
ventanales para que el sol se cuele cada mañana;
querer apasionadamente,
querer sin reparos,
querer sin excusas,
querer mucho
ese ranchito
                   donde la vida transcurre
                         en presente continuo
           en medio del monte,
           a buen resguardo,
           protegida por las montañas,
             y con la única serenata verdadera naciendo en el río). 

Entelequia

La compasión, difícil.
La empatía,
                          fuera de órbita
como si la inmortalidad
nos habitara.
                     Desinfectar la llaga
es excluyente
sin mala voluntad.
Narciso se vuelve perverso
              cuando mira su ombligo
              sin que se enturbie su mente.
La depredación del otro
hasta que se transforme
            en un fragmento
             sin conciencia.
La composición supone
el conocimiento del otro
hasta recordar
                       la antigua resistencia.
Alguien que obstruye la salida
                pero encuentro el camino
que me regala una estrella fugaz.

mayo 17, 2020

Atardecida

Que tu alma me adivine
que llegues con el caer de la tarde,
                 mate en mano,
termo envuelto en un abrazo,
bolsita de papel atrapada en el puño,
con sorpresa dentro.
Que te adelantes tres segundos
a mi necesidad de convocarte
y que no me dejes echarte de menos
un minuto antes
                            de lo soportable.