Gloria, profunda,
en éxtasis.
Bajo el estandarte
el cuenco de una boca.
Un continente habita
la cavidad del río
y hace profunda
la exhalación melodiosa
de Orfeo.
Figuras paridas por un fuego fatuo
que echan raíces
y dan frutos en un territorio nuevo.
Festival de acordes
en epicentro errante
que gestan huellas
en la frontera
de lo posible.
Peregrina hora atribulada
se desborda
y ciñe la lengua
de la Ninfa.
Arropa, él,
su piel desnuda.
Neblina dulce
es vértice en el embrujo
de un beso
que al volcán despierta.
En su pecho,
tambores,
emancipados.
en éxtasis.
Bajo el estandarte
el cuenco de una boca.
Un continente habita
la cavidad del río
y hace profunda
la exhalación melodiosa
de Orfeo.
Figuras paridas por un fuego fatuo
que echan raíces
y dan frutos en un territorio nuevo.
Festival de acordes
en epicentro errante
que gestan huellas
en la frontera
de lo posible.
Peregrina hora atribulada
se desborda
y ciñe la lengua
de la Ninfa.
Arropa, él,
su piel desnuda.
Neblina dulce
es vértice en el embrujo
de un beso
que al volcán despierta.
En su pecho,
tambores,
emancipados.
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