Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

junio 08, 2013

Sin fuego

La mancha en el muro,
la madera putrefacta,
una mesa desvencijada,
cuatro sillas;
la tela gris de las cortinas,
un cristal empañado,
el frío intenso de la ausencia
y el sonido desconocido de las calles.
Una maceta para la gloria,
otra para las semillas de nomeolvides.
Una piedra de jade
en las cenizas
y los avatares de un Dios creador
que quedaron  atrapados en el gran libro.
Un planetario anexo
para los días de invierno
y la fecha envenenada dando en el blanco.

Quiénes habrán habitado la casa,
quién habrá cerrado por última vez la puerta,
quién habrá dicho adiós bajo este techo
y habrá cruzado el jardín
 ¿habrán sido pasos presurosos o aletargados?

Trinidad de estaciones,
y todo inerte.
Enmohecidas las piedras
de la escalera
donde Sémele, espera.  

2 comentarios:

  1. De las dos entregas de hoy, ésta me agarra por los entresijos y me remonta... Retomas un tema clásico, el paso del tiempo, como si fuera la primera vez que nos encontráramos ante esas piedras mohosas.
    Espléndido, creo, aunque ya no sé si entiendo algo. Abracitos

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  2. Seguimos estando y seguimos asistiendo, una y otra vez, a eso que es pasado y se actualiza en la necesidad de comprenderlo...
    Gracias, siempre, por tus palabras y tu seguimiento.
    Gracias, por la pausa, por la lectura y ésto de compartir, sin cronos ni topos...
    Abrazo

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