De mano en mano,
de tus manos a las mías,
con tus ojos y los míos
que nacen miradas compartidas.
Nos unimos,
desgranando las historias
de cada día;
buscando el momento
para encontrarnos
a cucuentagotas.
El rito
se hace constante.
La pava o el termo
bastan
para alumbrarlo.
de tus manos a las mías,
con tus ojos y los míos
que nacen miradas compartidas.
Nos unimos,
desgranando las historias
de cada día;
buscando el momento
para encontrarnos
a cucuentagotas.
El rito
se hace constante.
La pava o el termo
bastan
para alumbrarlo.
No soy matera, pero las veces que me prendí en rueda de amigos, compartiendo charlas, fue una compañía necesaria.
ResponderEliminarAbrazo.
A veces, hasta la penumbra basta para alumbrarlo. Sugestivo escrito. Abrazo.
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