Cómo no iba a enamorarse el sol
esa mañana...
Rodeando la sierra,
besando los olivos,
después de la hora de la niebla,
antes que el mediodía
sorprenda con la mesa tendida,
mientras en el horno
la vida cotidiana graba lo importante,
en un patio andaluz
se despertaba feliz
sabiendo que llegaba el momento.
Las manos cálidas le recibieron
y supo que no había mejor camino
para sentir el destino.
Un pequeño paseo
hasta la cocina
antes de abrirse en carne viva.
En aquella boca se sintió fundida
y estalló la fuente de los deseos...
Aún mis labios y mi lengua
beben la carne de sus entrañas...
esa mañana...
Rodeando la sierra,
besando los olivos,
después de la hora de la niebla,
antes que el mediodía
sorprenda con la mesa tendida,
mientras en el horno
la vida cotidiana graba lo importante,
en un patio andaluz
se despertaba feliz
sabiendo que llegaba el momento.
Las manos cálidas le recibieron
y supo que no había mejor camino
para sentir el destino.
Un pequeño paseo
hasta la cocina
antes de abrirse en carne viva.
En aquella boca se sintió fundida
y estalló la fuente de los deseos...
Aún mis labios y mi lengua
beben la carne de sus entrañas...
Sabroso poema, y colorido. Abrazos.
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