Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

enero 09, 2013

Artilugio

Van con nosotros,
por detrás,
pisando nuestros pasos,
oliendo nuestras huellas,
deshaciendo el polvo del camino,
levantando puñados de tierra,
maldiciendo por lo bajo,
desgarrando con alevosía
el mapa que vamos dibujando.
Nos siguen, a poca distancia,
despistando los sentidos,
encubriendo los demonios
que llevamos dentro,
desatando temores,
miedos,
pesadillas envueltas en papel de seda.
Nos adivinan,
en las palabras,
en los silencios,
en las miradas furtivas,
en las de soslayo,
en las profundidades del alma,
o en la piel desnuda.
Evitan los atajos,
el camino corto,
la maleza,
el suelo yermo,
el abismo,
donde podrían ser capturadas
sin resistencia.
Es posible huir de ellas
de un sólo modo:
los espejos no tienen sombra.

2 comentarios:

  1. He probado con el espejo, pero me ha devuelto mi propia sombra, no la de él. Me parece que no servirá.
    Interesantes huellas, éstas.
    Abrazos.

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  2. Las sombras estallan ante el espejo: sólo ahí te encuentras a buen resguardo...

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