Esa sensación
La estufa encendida, en sus cuatro flancos
contenida toda la energía que se expande
en su sabiduría existencial.
Acurrucada entre mantas, libro en mano
y una taza de café caliente que dialoga
con todo.
Una escultura la pila de leños
que tan creativamente quedó erigida.
Arremolinado en el desayunador
un gato que no quiere perderse de nada.
Tan lindas las alfombras que envuelven pasos
y susurran versos.
El fuego, todos los fuegos, el fuego
que aquí es silencio, que aquí es mirada, que aquí es caricia.
Realidad paralela,
mundos que conviven,
portales que se cruzan cotidianamente.
De este lado una mesa llena de libros,
el mate, el termo, galletas de avena,
docenas de resaltadores,
pilas de apuntes,
cuadernos con notas,
un sahumerio de rosas,
una vela violeta,
una manta carioca,
un ramo de flores secas,
fotografías de espacios recorridos,
rostros de personas queridas,
vivos y muertos,
cartas de tarot,
oráculos,
agua florida,
y una pantalla:
lente por donde curiosear presente
en dos gotas de cielo
en guiño cómplice.