Recuperando la memoria

Sentarse al fuego de las palabras, sentirlas vivas, chispeantes, capaces de actualizar ecos eternos y tiempos inexistentes.

Aquí tienes un lugar, que la rueda permite ampliarse y abrirse para que sientas tu espacio.

Que encuentres cobijo, mirada, escucha. Pero, sobre todo, que te encuentres...

abril 30, 2013

Progreso

Allí donde la ciudad comienza,
sin el molino
Cruzar  los campos para encender
el fuego que mueve el ferrocarril
Desnudas las manos
que ya no impulsan la rueca ni amasan el pan
de cada día
La mesa desnuda, silente,
                                                                 solitaria
Manecillas de un reloj
que gobierna el sueño
y ha parido el insomnio
que inunda las calles con nombre

Lejos el fogón,
el pedazo de cielo
donde las estrellas escriben mensajes
que descifra el alma.

Transformar el espíritu en revolución
y estridente supervivencia.
Fusilamiento constante en cada puesto
y son miles
los que caen sin piedad.
Otras manos les marcan el camino
y los apilan en despojos
que ni a cenizas llegan.
                                                         Sombra
Con la sangre en las arcas
llenan los bancos
y escriben en lápidas perdidas
en un no lugar.

Lastima el barrio
en estado de sitio.
Telas envuelven las celdas
y quitan el aire que hace falta.

Burbujeante fatalidad
se hace destino
donde se pierden los hogares
del pueblo.

Mortaja
y las ocho horas
son cadena perpétua
para la dignidad
contra todo pronóstico y así
                                                      encarna el hombre nuevo.

abril 21, 2013

Media mañana

Pulsión de enredo,
telaraña invisible que franquea el paso,
intermitente sombra que dibuja el mapa en la cortina
Danza en la copa de los árboles
que escoltan mi ventana
Danza en el tendedero
de aquella terraza
Danza en las canciones de la radio
que canta en domingo
Danza en el canto de los pájaros
del vecindario
Remolino de hojas libres
que marcan cauce
sobre el cemento
en coreografía vana.

abril 18, 2013

Incandescente

Sin poder pensar,
escuchándolo todo:
hasta el sonido de la reja que envía señales

Tu fuego brillando en el cielo
mientras se escabulle por serpentaria geografía
Y nada que pueda ser más cierto
que una corazonada

La pantera duerme a mis pies
sin que la noche sea capaz de delatarla:
son una,
y hasta la horajasca
sella la complicidad,
mientras tus ojos
destellan murmullos.

Acantilado

Presa del sonido de los cascos,
viendo como la distancia se borra con los estertores
de unas herraduras enloquecidas;
el duermevela de la cascada que se precipita
antes de que lo haga.

Vaticinio en la cornisa,
tamborileo de las rocas
sobre las que rodará mi cabeza
mi corazón
y lo que quede.