Es la hora en que el último barco
abandona el puerto
que mi mapa no reconoce.
Es la sensación tan presentida
y tan poco conocida
que está a punto de ser nombrada
soberana.
Es la experiencia que se reconoce
después del trago amargo
de la hiel en que se transforman
las lágrimas.
Es la partida, sin retorno
y el día que amanece
en la parte superior
del fin del mundo.
abandona el puerto
que mi mapa no reconoce.
Es la sensación tan presentida
y tan poco conocida
que está a punto de ser nombrada
soberana.
Es la experiencia que se reconoce
después del trago amargo
de la hiel en que se transforman
las lágrimas.
Es la partida, sin retorno
y el día que amanece
en la parte superior
del fin del mundo.
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