El punto es que me toca a mí
decidir el momento,
dar el portazo,
tirar del mantel y estrellar los vasos
patear las sillas
hacer volar los platos
que la cacerola acabe en un costado
que nadie responda mientras grito bien alto
despreciar la cena
maldecir el pan duro
derribar la alacena vacía de tanto espanto
y clavar la vista en el tiempo amargo
sin que nadie me muestre
lo que está pasando.
decidir el momento,
dar el portazo,
tirar del mantel y estrellar los vasos
patear las sillas
hacer volar los platos
que la cacerola acabe en un costado
que nadie responda mientras grito bien alto
despreciar la cena
maldecir el pan duro
derribar la alacena vacía de tanto espanto
y clavar la vista en el tiempo amargo
sin que nadie me muestre
lo que está pasando.
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