Nada es tan grave,
si somos capaces de devorarlo todo,
hasta las penas
y los recuerdos
Ser como una quiera.
Mancharse los dedos con moras robadas a la siesta
hasta que los labios sean de color violeta
y el pegoteo impida echarse a un lado los cabellos.
Cuando hay silencio en las palabras
pero dentro de una siguen sintiéndose cosas
revientan los versos en la vida
y se tiende el mantel blanco
para vestir la mesa de verde esperanza
mientras un tiro pulveriza mi boca.
si somos capaces de devorarlo todo,
hasta las penas
y los recuerdos
Ser como una quiera.
Mancharse los dedos con moras robadas a la siesta
hasta que los labios sean de color violeta
y el pegoteo impida echarse a un lado los cabellos.
Cuando hay silencio en las palabras
pero dentro de una siguen sintiéndose cosas
revientan los versos en la vida
y se tiende el mantel blanco
para vestir la mesa de verde esperanza
mientras un tiro pulveriza mi boca.
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