Es mi cuerpo, es mi mente y es mi espíritu.
Es tu cuerpo, es tu mente y es tu espíritu.
Estás despierto.
Disfrutar la calma, el silencio, un baño perfumado
y saber que estás ahí,
que no hay trampas,
que ya no hay cielos lejanos
ni pendientes.
Un poco de magia
en el círculo blanco
abriendo la puerta
hacia el presente recíproco.
Ni ese ni este ni aquel:
el mismo cielo, la misma luz,
el mismo espacio, la misma noche,
el patio,
los árboles,
todos los sonidos,
todos los deseos,
todos los sentires,
toda la sincronía.
Ahora.
Aquí.
¿Bailamos?
Por fin.
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