Me habita una sensación de extrañeza,
es estado de sitio,
de invasión bárbara,
de desasosiego.
Los muros de mi castillo
han sido vulnerados.
No reconozco al enemigo,
no sé por dónde se ha colado.
Pero aquí está.
Guarecido en alguna torre
a la que no alcanzo a llegar.
Ha inundado con dolor
todos los resquicios,
me agobia,
me enloquece,
me tortura
y su risa en eco
me desconcierta.
Sé que me habita,
sé que está cavando la fosa,
sé qué pretende cubrirme de tierra,
sé que busca hacer que desaparezca.
No estoy peleando,
no sabría cómo,
no tendría con qué hacerlo,
no encontraría el blanco certero,
ni siquiera tengo aliento
para levantar la espada.
No puedo cerrar los puños,
ni gritar,
ni rasgar la piel
para atravesarlo.
No sé quién es,
qué busca,
cómo ha llegado.
Nada sé.
Adormece mi brazo izquierdo,
acelera mi corazón,
me asusta,
me empuja,
me hace caer,
no logro poner resistencia,
y sigo en pie,
o de rodillas,
tratando de entender qué pasa,
si es que algo pasa
o soy yo que no sé qué hacer con lo que pasa sin pasar en este paso.
es estado de sitio,
de invasión bárbara,
de desasosiego.
Los muros de mi castillo
han sido vulnerados.
No reconozco al enemigo,
no sé por dónde se ha colado.
Pero aquí está.
Guarecido en alguna torre
a la que no alcanzo a llegar.
Ha inundado con dolor
todos los resquicios,
me agobia,
me enloquece,
me tortura
y su risa en eco
me desconcierta.
Sé que me habita,
sé que está cavando la fosa,
sé qué pretende cubrirme de tierra,
sé que busca hacer que desaparezca.
No estoy peleando,
no sabría cómo,
no tendría con qué hacerlo,
no encontraría el blanco certero,
ni siquiera tengo aliento
para levantar la espada.
No puedo cerrar los puños,
ni gritar,
ni rasgar la piel
para atravesarlo.
No sé quién es,
qué busca,
cómo ha llegado.
Nada sé.
Adormece mi brazo izquierdo,
acelera mi corazón,
me asusta,
me empuja,
me hace caer,
no logro poner resistencia,
y sigo en pie,
o de rodillas,
tratando de entender qué pasa,
si es que algo pasa
o soy yo que no sé qué hacer con lo que pasa sin pasar en este paso.