Puedo verlos sentados sobre unos oscuros cajones
en aquel barco mecido por la inmensidad de la noche.
Envueltos en la estela del camino
en las huellas que dejaron
mirando hacia atrás con el corazón hacia adelante.
Son sus ojos lo que visten sueños nuevos
y en sus manos apretujan las ganas
que sembrarán en nuevos surcos.
Dolor profundo, dentro, siendo exorcizado
antes de llegar al puerto.
Dueños de la esperanza
de las ilusiones
de las lágrimas recién paridas
en el pueblo que dejaron.
Bienvenidos sean a esta tierra
a este sol de la mañana
y al futuro
que se hace presente
cuando sus pies
pisan el suelo
que los abraza.
en aquel barco mecido por la inmensidad de la noche.
Envueltos en la estela del camino
en las huellas que dejaron
mirando hacia atrás con el corazón hacia adelante.
Son sus ojos lo que visten sueños nuevos
y en sus manos apretujan las ganas
que sembrarán en nuevos surcos.
Dolor profundo, dentro, siendo exorcizado
antes de llegar al puerto.
Dueños de la esperanza
de las ilusiones
de las lágrimas recién paridas
en el pueblo que dejaron.
Bienvenidos sean a esta tierra
a este sol de la mañana
y al futuro
que se hace presente
cuando sus pies
pisan el suelo
que los abraza.
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