Qué habrá sido de aquellas que no se tomaron,
que no siguieron un curso,
que no se consideraron,
que no fueron suficientemente poderosas,
que no pudimos elegir,
que no fuimos capaces de dimensionar,
que no encontramos.
E incluso de las que carecían de argumentos,
las que no se sostenían por su propio peso
las que resultaban poco convincentes
las que por ajenas no parecían insostenibles.
Qué habría sido de mí, me pregunto
en esos desfiladeros de conciencia
donde sin saber nadar trataba de llegar a la orilla.
He aquí, fortalecida, llena de gratitud
y con los sueños cumplidos
mirando como otros vienen pariéndose.
Que a veces en el mar de los noes surfean
con éxito grandes bendiciones.