Un espacio para sentarse al fuego de las palabras
Abrir el libro sagrado del té,
descubrir la música del maridaje perfecto
Las hebras y la infusión
Un encuentro sensorial,
que nace en la tierra,
que crea un espíritu nuevo,
que habita el cuenco,
que bendice el agua y la revitaliza:
es la alegría que alivia el corazón.
En un presente en que no quiero nada que robe la calma
en un domingo en que los mates suman tras el solsticio de invierno
A veces me asusta el poder de la intuición
y esa profunda sensación de libertad que me define
me abrazo con la alegría de encontrarme siempre
donde quiero estar
Ser transparente y ser invisible
envuelta en una burbuja de protección
contra todo pronóstico.
Pucha que es hermoso este instante.
Enciendo la fogata de San Juan
en la orilla de mi océano
y arrojo todo lo que sobra,
todo lo que no necesito ya,
y que tal vez no necesité nunca.
Ya no más de estar de guardia
para el mundo
salvando a todos
poniendo vendajes y siendo muleta
basta ya de la servidumbre innecesaria
a los afectos
que cada quién se levante y camine
si eso es lo que quiere
Conmigo ya no cuenten.
Son suficientes quienes dan el corazón
en cada mirada y en cada gesto,
allí siempre me encontrarán...
Chispas en la hoguera
tan llenas de felicidad
