Se me deshace en los labios,
la Nochebuena...
Sea tu alma un pesebre
y el corazón la estrella de Belén
capaz de guiarte en el camino.
Sea tu vida compartida
para que en cada nacimiento
alumbre otras vidas.
Sean tus sueños
portales que abran el mapa
hacia territorios desconocidos.
Sea tu verdad inmensa
y no necesite argumentos
para sostenerse.
Sea tu mirada un altar
al que acudan los ángeles
a conformar el coro.
Sean tus manos, pastoras,
y cobijen el rebaño donde
se cuecen los buenos designios.
Sean tus pies peregrinos
y sostengan el paso
aún sin aliento.
Sea tu voz el remanso
donde mecer las palabras
que salvan.
Sea tu piel Navidad
y en tu mesa se estrene
el milagro cotidiano.
Sea tu luz la del Niño,
de la Madre y el Padre,
en sagrado fuego.
la Nochebuena...
Sea tu alma un pesebre
y el corazón la estrella de Belén
capaz de guiarte en el camino.
Sea tu vida compartida
para que en cada nacimiento
alumbre otras vidas.
Sean tus sueños
portales que abran el mapa
hacia territorios desconocidos.
Sea tu verdad inmensa
y no necesite argumentos
para sostenerse.
Sea tu mirada un altar
al que acudan los ángeles
a conformar el coro.
Sean tus manos, pastoras,
y cobijen el rebaño donde
se cuecen los buenos designios.
Sean tus pies peregrinos
y sostengan el paso
aún sin aliento.
Sea tu voz el remanso
donde mecer las palabras
que salvan.
Sea tu piel Navidad
y en tu mesa se estrene
el milagro cotidiano.
Sea tu luz la del Niño,
de la Madre y el Padre,
en sagrado fuego.